martes, 3 de diciembre de 2013

Demando a su esposa por darle hijos feos

Hola, yo siempre he dicho una frase, que aprendí hace un par de años, y es: "Cuando crees haberlo visto todo, llega otro loco, un demente, o un asiático y te hace ver que simplemente aún eres un bebe", bueno este es el caso de Jiang feng, un chino, con una peculiar obsesión por el físico, pues hace un par de meses, demando a su esposa, no por serle infiel, no, ha demandado a su esposa, porque está le ha dado hijos muy "feos" como asegura jiang.

Feng es un chino de aquellos que vemos en las películas que tienen demasiado poder, empresas por todo lado, yates de lujo, lamborghinis, perfumes más caros del mundo, etc, etc, un rico o como se dice mas popularmente "Esta picho en plata", pues bueno, el dinero no es la felicidad pero Y bueno para este chino los lujos y la vida de alto nivel, le ha forzado a exigir belleza física para sus parientes, pero la vida le ha jugado una mala pasada, lo siguiente es un relato de lo que Jiang ha dicho a la prensa



"Mi vida exige un protocolo, un ejemplo, debemos ser hermosos, y por ello me he conseguido una mujer 'hermosa' para tener hijos HERMOSOS. Todo empezó al siguiente día de haber tenido mi primer hijo, estaba yo ansioso por verlo, cuando me han presentado a uno, demasiado feo, algo que me dejo desconcertado, no dije nada  y espere a que pasaran los años, cometí el error de tener otro hijo más y luego otro. Tras pasar los años me di cuenta que estos no podían ser mis hijos, pues son demasiado feos, horribles, desagradables!, así que me he hecho la prueba y ha salido que si son mis hijos, pero ¿por qué salieron tan feos!?, este es el motivo de mi demanda, ella se ha operado miles de veces para ocultar su horrible cara y cuerpo, me ha engañado!, creí tener una mujer hermosa a mi lado, y me ha engañado!"

Ese fue el relato que Feng ha hecho como argumentos para expresar sus motivos de demanda, ¿crees que este señor está loco? bueno, por mi lado de eso no cabe duda, y la vida le jugo una muy mala pasada!, pero qué mala pasada! jaja.